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  La Amargura.
 
Fundaciòn AUTOESTIMA




La amargura nos convierte en estériles
 
 
 
Mira bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios;
que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe,
y por ella muchos sean contaminados.
Hebreos 12:15
 
 
 
Estudio: Samuel 1: 1-19
 
 
V: 1 Los libros de Samuel constituían originalmente un solo volumen en el texto hebreo. Cuando fue traducido al griego (la septuaguinta), Samuel fue reunido con los libros de los Reyes, y todo el conjunto recibió el título de “Los libros de los reinos”. Con el fin de evitar que la obra se hiciese excesivamente voluminosa, en esa época fue divida en cuatro partes, que son las que hoy tenemos en el texto en castellano. Las dos primeras divisiones lleva el nombre de ese prominente personaje Samuel: profeta, sacerdote, en cagado de ungir a los reyes.
 
El capitulo 1 de Samuel comienza con una reseña importantísima, relacionada con la genealogía de su padre. Nos narra la crisis existencial que vivía su madre, previo a su nacimiento. El nacimiento de Samuel, es el resultado de una intensa batalla que libro su madre con su psiquis (alma), en una sesión prolongada de teoterapia en el templo, que consumó con un pacto doble. El primero, concerniente a su persona, si me ayudas a librarme de mi aflicción (tormento, angustia). El segundo, relacionado con la maternidad, quiero un hijo varón (concédeme el privilegio de ser mama).
 
Que extraño, que ella no haya pedido una niña sino un niño, lo que me dice a mí, que ella no sólo vio su necesidad personal, sino también corporativamente, es decir, la iglesia. Ana era miembro de la comunidad hebrea, licencia que le permitía saber acerca de los asuntos del reino, incluyendo los rumores de los dos hijos de Elí, Ofni y Finees sacerdotes de Jehová. En la administración de estos sacerdotes reinaba el caos, la corrupción, la inmoralidad, además, el nombre de Jehová estaba siendo vituperado por causa de la conducta inapropiada de está familia de sacerdotes.
 
V: 2 Elcana tenía dos mujeres. ¿Será que Dios permite la poligamia? Piensa, tú crees que nuestro Dios y salvador en su integridad toleraría una relación de esa naturaleza, por su puesto que no. Amados, nuestro Dios es integro, Santo, puro, aborrecedor de la maldad, él jamás toleraría una perversión de esa naturaleza. El asunto de estas dos mujeres, es una analogía Bíblica. Bíblicamente dos hace referencia ha paralelos: fidelidad-infidelidad, verdadero-falso, interesado-indolente, vida-muerte. Veamos algunos ejemplos:
Penina (Perla)                 Ana (Gracia)                         Efesios 2:8 
 
Creó-Génesis 1:27. Formó-Génesis 2:7.
 
Caín-Abel. Génesis 4:1-14
 
Esaú-Jacob. Génesis 25:29-34
 
Cizaña-Trigo. Mateo 13:28-30.
 
Adán-Jesús. 1Corintios 15:21
 
 
 
V: 6 Y su rival la irritaba, la enojaba y la entristecía. El acoso de la rival a su oponente, intensifico el estado emocional de Ana. Es indudable, que el acoso fue el medio para un fin, él Señor por medio de la hostilidad de Penina, trato con el carácter de Ana. Como dato curioso en el V: 7 del mismo capítulo, llama la atención, que el acoso de Penina a Ana, sucedía precisamente cuando subían a la casa de Jehová. ¡Dejo a tú imaginación está referencia!
 
V: 8 Elcana le pregunto a Ana, ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Si yo tuviera licencia para interpretar está expresión, diría que Elcana era petulante o altivo. Pero no fue eso lo que él quería decirle, observa lo siguiente, la pregunta fue hecha con la intención de focalizarla en su presente. Por qué yo se eso, porque ella tenía amargura, y toda amargura tiene su raíz en el pasado, el fondo de la amargura es la ira. Ira bloqueada, estancada sin expresión, convertida en amargura.
 
Ana no vivía en el aquí y ahora, vivía marginalmente obviabando su presente, ignorándolo, aferrada al pasado, y con miedo al futuro. Cuando vivimos en el pasado vivimos en oscuridad: culpando, acusando, juzgando, renegando, sufriendo, resignados, amargados, hostiles, rencorosos, desvalorizados. Cuando vivimos en el futuro vivimos en el vació: fantaseamos, elucubramos, imaginamos, interpretamos, ignorando nuestra única realidad que tenemos por delante, nuestro presente. Presente es luz, bienestar, balance, seguridad, recursos, alternativas.
 
La mayoría de los mortales viven en marginalidad, es decir, no viven sobreviven, porque viven separados de sí mismos, en los extremos. Alguna veces en el pasado, otras veces en el futuro, negando lo obvio, su presente. Fue de mucha ayuda y pertinente, la pregunta hecha por Elcana a Ana, porque la ubico en su presente, invitándola a dejar el pasado y el futuro, exhortándola a vivir en su presente. Observa la siguiente Escritura:
 
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre (pasado), que está viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22: Así que no os afanéis por el día de mañana (futuro), porque el día de mañana traerá su afán (futuro). Bastase a cada día su propio mal (presente). Mateo 6:34
V: 9 Y se levantó Ana después de haber comido y bebido. La acción de Ana, me recuerda a la del hijo pródigo. Lucas 15:17-20 Ella se levantó valientemente para resolver un asunto del pasado, por supuesto, establecida en su presente. Dijo basta a su raíz de amargura, y a la tristeza. Yo no se ustedes, pero yo considero muy temerario para nuestra salvación, una raíz de amargura, como la que cargaba Ana.
 
En mi trayectoria profesional, he sido testigo del sufrimiento de muchas personas por causa de la amargura, además del impacto en sus relaciones, en sus parejas, en sus hijos, y en su relación espiritual. La ira es una emoción natural en todos los seres humanos, pero cuando no somos conciente de ella o la ignoramos, se convierte en una emoción dañina y nociva al ser humano. Véase, Efesios 4:26
 
V: 10 Ella con amargura de alma oró a Jehová. Aquí hay un principio, no hay confesión sin que halla primero toma de conciencia, después vendrá confesión de la maldad, y después vendrá arrepentimiento. Conciencia es la antesala o el redargüir para alcanzar salvación. Ana precisaba salvación de su alma afligida y perturbada. La confesión de Ana fue franca, sincera, genuina, diáfana.
 
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, si discernir el cuerpo del Señor, juicio como y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 1Corintios 11:28-30
 
V: 11 E Hizovoto. Aquí hay un principio, primero, nadie puede hacer compromiso sin que se halla despojado de todo peso y del pecado que lo asedia. Segundo, sin interés es imposible, porque el interés nos mueve en la dirección correcta y exacta. Cuando nos descargamos de nuestras amarguras, conseguimos redención, bienestar y confort, para transicionar y hacer pacto. Recuerda el principio que él Maestro estableció. Nadie corta un pedazo de vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo. Lucas 5:36
 
V: 13-14 Elí la tuvo por ebria. Cuando juzgamos a una persona o situación sin previo conocimiento de causa, somos insensatos e indolentes. Por favor, la próxima vez que vallas a juzgar, hazlo desde el conocimiento y causa del asunto. Me encanta la respuesta de Ana al sacerdote Elí, ella manejo el asunto desde una perspectiva diferente, no se defendió porque la verdad no se defiende, pero si le aclaro al sacerdote con el debido respeto, lo que ella estaba haciendo espiritualmente y emocionalmente. Nuestra constitución establece un principio,
 
No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgado, y con la medida con que medís, os será medido. Mateo 7:1-2
 
V: 17 Elí validó la labor terapéutica de Ana. Bendiciéndola, y confirmándola en el Señor.
Cierro: no cave la menor duda, cuando hay interés, no hay barreras, no hay obstáculos que puedan hacer que una persona decidida desista de su designios. Ana es nuestro mejor ejemplo, ella conectada en su aquí y ahora dijo: basta de vivir en el pasado, sufriendo, amargada y triste. La condición de Ana, previa a su decisión de soltar parte de su pasado, era miserable, cautiva y estéril. Definitivamente, nos ha llegado la hora de despojarnos de nuestras amarguras. Considera lo siguiente, si no le abrimos la puerta hoy a nuestro visitante él Señor Jesús, estaremos atentando con nuestra propia salvación. Apocalipsis 3:20
 
Te invito, que pongas todas tus fuerzas e interés, por deshacerte de toda raíz de amargura que halla en ti. No podemos permitirnos perder la gracia que un día nos alcanzó, para convertirnos en iglesia de Jesucristo. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. Efesios 2:8 Piensa, no será acaso, que tú esterilidad personal y espiritual, es el resultado de raíces de amarguras que arrastras de tú infancia golpeada, traumada, abandonada e irrespetada por tus progenitores o por los adultos que te criaron.
 
Yo y tú somos conciente de nuestra responsabilidad, de deshacernos de todo pasado pesado, que cargamos desde nuestra infancia. Hay mucha ira, acuñada, tapada, evadida, negada, sin la debida concientización, que hoy la vemos convertida en un estilo de vida lleno de amarguras. La disfuncionalidad de nuestros hogares evidencia, que ese no fue el mejor laboratorio de formación como personas, para transitar en el planeta con efectividad. Por el contrario, la mayoría de nosotros somos el producto del abuso, víctimas de quienes nos decían amarnos, y protegernos de la maldad de la sociedad. Que ironía más grande.
 
Si después de este estudio, decidieras cambiar la historia atropellada y traumada de tú infancia, cuanta con migo. Que el Dios de nuestros padres de antaño, bendiga tú decisión y compromiso.
 
 
 
 
 
 
 
 
Víctor J. Díaz
Apóstol y Terapeuta Familiar.
 
 
 
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